"Y si a partir de hoy te acercas a mí,
has de venir abriendo tu corazón,
de lo contrario no podrás encontrarme,
sólo encontrarás lo que hago,
no encontrarás lo que soy"
"Nada reposa; todo se mueve; todo vibra"
El Principio de Vibración
EL KYBALION.
Todo en la vida tiene una vibración, positiva o negativa, que generará CAUSAS y EFECTOS positivos o negativos. Este principio está relacionado con la premisa científica “Lo semejante a lo semejante”.
El científico Albert Einstein demostró a la física mundial que todo en el universo es energía, incluido los seres humanos. Por tanto, todo en el universo vibra.
El tercer Gran Principio Hermético - el Principio de la
Vibración - encierra la verdad de que el movimiento se manifiesta en todo el
Universo.
Nada está en reposo, todo se mueve vibra y circula. Este principio
hermético fue reconocido por algunos de los primitivos filósofos griegos,
quienes lo expusieron en sus sistemas. Pero después, durante siglos enteros,
quedó olvidado, salvo por los perseguidores de las doctrinas herméticas.
En el
siglo XIX la ciencia física ha redescubierto esa verdad, y los descubrimientos
científicos del siglo XX han aportado su testimonio en corroboración de esa
verdad sostenida por la antiquísima Filosofía Hermética.
La doctrina hermética no afirma solamente que todo está en
movimiento constante, sino que las diferencias entre las diversas
manifestaciones del poder universal se deben por completo al diferente modo e
intensidad vibratoria.
Y no sólo esto, sino que aún el TODO mismo manifiesta
una vibración constante de tal infinita intensidad y rapidez, que prácticamente
puede considerarse como si estuviera en reposo.
Los instructores llaman la
atención del estudiante sobre el hecho de que aún en el plano físico un objeto
que gire rápidamente, como una rueda, por ejemplo, parece estar inmóvil.
El
espíritu es uno de los polos de la vibración, constituyendo el otro polo formas
de materia extremadamente densas. Entre ambos polos hay millones y millones de
diferentes intensidades y modos de vibración.
La ciencia moderna ha comprobado que todo lo que llamamos
materia y energía no es más que "modos de movimientos vibratorios", y
algunos de los más avanzados hombres de ciencia se están encaminando
rápidamente hacia el punto de vista que los ocultistas tienen sobre los
fenómenos de la mente: simples modos de vibración o movimiento.
Veamos ahora lo
que la ciencia tiene que decir sobre las vibraciones en la materia y en la
energía.
En primer lugar, la ciencia dice que toda materia
manifiesta, en algún grado, la vibración producida por la temperatura o el
calor.
Esté un objeto frío o caliente (pues ambos no son más que grados de la
misma cosa), manifiesta ciertas vibraciones calóricas, y en ese sentido está en
vibración. Todas las partículas de materia están siguiendo un movimiento
circular, lo mismo los corpúsculos que los astros. Los planetas giran en torno
de un sol, y muchos de ellos giran también sobre sus propios ejes.
Los soles, a
su vez, giran en torno de puntos centrales mayores, y se cree que éstos giran
también alrededor de otros todavía más grandes, y así sucesivamente, ad infinitum.
Las moléculas de que se compone cualquier clase de materia están en constante
vibración, moviéndose unas en torno de otras, y también unas contra otras. Las
moléculas están compuestas por átomos, los que, como aquellas, también están en
constante movimiento y vibración. Los átomos están compuestos por corpúsculos,
llamados también "electrones", "iones", etc., los que
también están en un estado de rapidísima moción, girando unos en torno de
otros, con diversas modalidades vibratorias. Y de esta manera toda materia
manifiesta vibración, de acuerdo con el principio hermético correspondiente.Y así sucede también con las diversas formas de energía.
La
ciencia dice que la luz, el calor, el magnetismo y la electricidad no son más
que formas de movimiento vibratorio relacionado de alguna manera con el éter, o
probablemente emanado de él. La ciencia no ha tratado aún de explicar la
naturaleza del fenómeno conocido como cohesión, que es el principio de la
atracción molecular, ni de la afinidad química, que es el principio de la
atracción atómica; ni de la gravitación (el mayor misterio de los tres), que es
el principio de atracción por el cual toda partícula o masa de materia se
siente atraída hacia toda otra partícula o masa.
Estas tres modalidades de la
energía no las comprende aun la ciencia, si bien los estudiosos se inclinan a
pensar que son también manifestaciones de alguna forma de energía vibratoria,
cosa que los herméticos han enseñado durante largas edades en el pasado.
El éter universal, cuya existencia postula la ciencia sin
comprender claramente su naturaleza, ya había sido explicado por los
herméticos, quienes aseguraban que era una manifestación superior de lo que
erróneamente se llamaba materia; es decir, que el éter era materia en un grado
de vibración superior.
El nombre que le daban era el de Substancia Etérea, y
decían que esta sustancia era de tenuidad y elasticidad extremas, llenando el
espacio universal, sirviendo como médium de transmisión para las ondas de
energía vibratoria como el calor, la luz, la electricidad, el magnetismo, etc.
La substancia etérea es el eslabón de unión entre la modalidad de energía
vibratoria que conocemos como materia por un lado y la que conocemos como
energía o fuerza, por el otro, manifestando además un grado de vibración, en
intensidad y modo, completamente propio.
Los hombres de ciencia proponen como ilustración para ver
los efectos del aumento de vibración una rueda girando con gran rapidez.
Supongamos primeramente que la rueda gira lentamente. Entonces diríamos que es
un "objeto".
Si el objeto gira lentamente lo podremos ver fácilmente,
pero no sentimos el menor sonido. Aumentándose gradualmente la velocidad en
pocos momentos se hace ésta tan rápida que comienza a oírse una nota muy baja y
grave.
Conforme sigue aumentando la velocidad la nota se va elevando en la
escala musical, y así se van distinguiendo unas tras otras las diversas notas
conforme aumenta la velocidad de rotación.
Finalmente, cuando el movimiento ha
llegado a cierto límite se llega a la última nota perceptible por el oído
humano, y si la velocidad aumenta aun, sigue el mayor silencio.
Nada se oye ya, pues la intensidad del movimiento es tan
alta que el oído humano no puede registrar sus vibraciones. Entonces comienzan
a percibirse poco a poco sucesivos grados de color. Después de un tiempo el ojo
comienza a percibir un oscuro color rojo. Este rojo va haciéndose cada vez más
brillante. Si la velocidad sigue aumentando el rojo se convertirá en
anaranjado, el anaranjado en amarillo. Después seguirán sucesivamente matices
verdes, azules y añil, y finalmente aparecerá el matiz violeta.
La velocidad se
acrecienta más aun: entonces desaparece todo color, porque el ojo humano ya no
puede registrarlos.
Pero ciertas radiaciones humanas emanan del objeto en
revolución: los rayos que se usan en la fotografía y otras radiaciones sutiles
de la luz.
Después comienzan a manifestarse los rayos conocidos bajo el
nombre de X, y más tarde empiezan a emanarse electricidad y magnetismo.
Cuando el objeto ha alcanzado cierto grado de vibración, sus
moléculas se desintegran, resolviéndose en sus elementos originales o átomos.
Después de los átomos, según el principio de vibración, se separarían en
innumerables corpúsculos o electrones, de los que están compuestos. Y,
finalmente, hasta los corpúsculos desaparecerían y podría decirse que el objeto
estaría compuesto por substancia etérea.
La ciencia no se atreve a llevar la
ilustración más allá, pero los herméticos dicen que si las vibraciones continuaran
aumentando el objeto pasaría sucesivamente por estados de manifestación
superiores, llegando al plano mental y después al espiritual, hasta ser por
último absorbido en el TODO QUE ES EL Espíritu Absoluto.
El "objeto",
sin embargo, habría dejado de ser tal mucho antes de llegar a la substancia
etérea, pero de todas maneras la ilustración es correcta en cuanto demuestra
los efectos del aumento continuo de la intensidad vibratoria.
Debe recordarse
que en la ilustración anterior, con el llegar a los estados en que el objeto
irradia color, luz, etc., no se ha resuelto aun la cuestión en esas formas de
energía (que están en un grado mucho más elevado), sino que simplemente llega a
un grado de vibración en el que esas energías se "libertan" hasta cierto punto de
las limitadoras influencias de las moléculas, átomos y corpúsculos.
Esas
energías, si bien son muy superiores en la escala a la materia, están
aprisionadas y confinadas en las combinaciones materiales, en razón de las
fuerzas que se manifiestan a través de ellas, y empleando formas materiales, y
de esta manera se confinan en sus creaciones corpóreas, lo que, hasta cierto
punto, es cierto en toda creación, quedando la fuerza creadora envuelta en su
propia creación.
Pero la doctrina hermética va mucho más allá que la ciencia
moderna, y afirma que toda manifestación de pensamiento, emoción, razón,
voluntad, deseo o cualquier otro estado mental, va acompañada por vibraciones,
parte de las cuales se emanan al exterior y tienden a afectar las mentes de los
demás por "inducción".
Esta es la causa de la telepatía, de la
influencia mental y de otros efectos del poder de una mente sobre otra, la que
ya va siendo de dominio público, debido a la gran cantidad de obras de
ocultismo que están publicando discípulos e instructores sobre estas materias.
Cada pensamiento, emoción o estado mental tiene en su
correspondiente intensidad y modalidad vibratoria.
Y, otras, esos estados
mentales pueden ser reproducidos, así como una nota musical puede ser
reproducida haciendo vibrar las cuerdas de un instrumento con la velocidad
requerida, o como se puede reproducir un color cualquiera.
Conociendo el
Principio de Vibración, aplicado a los fenómenos mentales, uno puede polarizar
su mente en el grado que quiera, obteniendo así un perfecto dominio y control sobre sus estados mentales. De la misma manera, podrá afectar las mentes de los
demás, produciendo en ellos los requeridos estados mentales. En una palabra,
podrá producir en el Plano Mental lo que la ciencia produce en el físico, o sea
las vibraciones a voluntad.
Hasta ahora, este poder, se decía, sólo podía adquirirse
únicamente mediante las instrucciones, ejercicios y prácticas apropiadas,
siendo la ciencia que las enseña, la de la "transmutación mental",
una rama de la Filosofía Hermética; Sin embargo, hay teorías y sobre todo, experiencias, que soportan el argumento de que la humanidad en estos tiempos, se encuentra preparada para dar de modo natural un salto de conciencia, a través de la conexión con la parte vibratoria más sutíl de la que estamos compuestos los seres humanos cómo materia (más allá del cuerpo físico). Este salto correspondería a un cambio de dimensión de conciencia, y a un experimentarse en niveles vibratorios de frecuencia en los que nunca antes el común de los mortales se había experimentado, ni había tenido acceso. Es decir, hoy en día, la transmutación mental está al alcance de los seres humanos, sin necesidad de ser instruídos. La capacidad para acceder al dominio de nuestra propia naturaleza, nos abre las puertas a un nuevo mundo, si sabemos dar con la llave y la clave del misterio.
"Cielo y tierra pasarán, más tu palabra no pasará"
Un poco de reflexión sobre lo que hemos dicho mostrará que
el Principio de Vibración está oculto tras todos los maravillosos fenómenos de
los poderes manifestados por los Maestros y Adeptos, quienes pueden
aparentemente eludir las leyes de la Naturaleza, pero que, realmente, no hacen
más que emplear una ley contra otra, un principio contra otros, y que llevan a
cabo sus resultados modificando las vibraciones de las cosas materiales o de
las energías, realizando así lo que comúnmente llamamos milagros.
Como dijo una de las más antiguas autoridades herméticas:
"Aquel que ha comprendido el Principio de Vibración,
ha alcanzado el cetro
del Poder".
La acción es lo que los demás ven de lo que realizamos, pero lo que realmente es, es la intención que impregnamos en cada accionar, eso es el verdadero cúmulo de eventos que nuestro ser acumula en el trayecto de su vida, y solo cada ser humano sabe lo que realmente es, nadie más sabe esta verdad, y es eso lo que el alma lleva en su trayectoria de regreso a dios padre/madre universal.
Todo en la vida tiene una vibración, positiva o negativa, que generará CAUSAS y EFECTOS positivos o negativos. Este principio está relacionado con la premisa científica “Lo semejante a lo semejante”.